miércoles, 2 de agosto de 2017

IronWoman Naranja

La calidad de una persona suele conocerse por el tipo de obstáculos que va superando con el tiempo, por eso los vaivenes sufridos por la hija de un ex-gobernante han servido para dar la contra una y otra vez a sus afanosos adversarios: Si pierde una elección al día siguiente inicia su nueva campaña, si le dicen que es corrupta se viste de blanco y firma compromisos de honestidad, si le dicen que no dialoga cuadra al presidente y lo lleva a un rincón a conversar, si le dicen que no chambea correrá una ultramaratón (70 millas o 113Km según Peru21) y sacará su risa cachacienta mientras tu bien abrigadito miras el invierno pasar por la ventana de tu cuarto y admiras a Kenji.

Muchos de mi generación y los pulpines, parece que no aprendieron una lección básica: un diamante se forma por toda la presión que recibe, es decir, las dificultades obligarán a Keiko a dar el último esfuerzo, sobre todo si está el poder por delante. Sin querer, con todo el cargamontón generado por años, sus más feroces críticos la están convirtiendo en una líder que puede ser tanto o más influyente que su progenitor, todavía no sé si para bien o para mal. En mi vida runner solo he corrido 15k como máximo; si se confirma que hará el ironman entonces Keiko terminará de convencerme.

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